Voy a ser madre y no estoy embarazada

UN ESCRITO SOBRE LO QUE SE PUEDE Y LO QUE NO SE PUEDE.

Cuando tenía 18 años me dijeron que no podía gestar. Recuerdo perfectamente el momento, allí sentados mis padres y yo delante de la doctora. Empecé a llorar. Cada vez más fuerte. Ella intentaba explicarme que el no poder gestar no era el asunto más importante, “lo otro” era lo que de verdad nos tenía que preocupar. Yo le gritaba entre espasmos “¡¡A mí eso me da igual!!”.
Salimos de la consulta y mi cuerpo no quería otra cosa que hacerse una bola y llorar. Estuvimos un buen rato sentados en el banco de enfrente. Creo que nunca he llorado tan fuerte. Las palabras de consuelo de mis padres me parecían absurdas, me producían más rabia y lloraba más y más.

He estado reflexionando mucho sobre los tipos de dolor. Diría que aquél fue el dolor emocional más intenso que he vivido nunca. Sentía como si me hubieran arrancado literalmente un órgano, una parte de mí se había ido. No podía respirar de la presión tan grande que sentía en el estómago. Me dolía físicamente el vacío. Era un dolor muy solitario y muy profundo. No tenía ninguna gana de salir de él. Quería quedarme ahí para siempre. Así que entre mi madre y un amigo, me cogieron de las orejas y me llevaron al psicólogo. Muy poco a poco, pude salir de aquel pozo.

Dos años después murió mi padre de cáncer de pulmón. Ya se que ésta es otra historia, pero hablando sobre los tipos de dolor, éste es un dolor compartido. También se murió el padre de mis hermanos y el marido de mi madre. Todos estábamos igual de jodidos. Además, tienes momentos en los que estás fuera de la realidad, flotando en un mundo paralelo y te aparecen sonrisas repentinas traídas por recuerdos. Incluso hicimos una fiesta de despedida, llorando y riendo, cantando y recordando con amor.

En el tema de la imposibilidad para gestar no hay fiesta posible. Pasé una época viendo embarazadas por todas partes. Y una vez que lo aceptas, el esfuerzo es de mentalización. Te haces a la idea de que la genética no es tan importante. Bromeas diciendo que quieres tener "un hijo de cada color”, porque para ti la apariencia física no es relevante. Tienes referentes, así que piensas que cuando llegue el momento, la adopción será tu opción posible para ser madre.

Entre tanto, tuve que enfrentarme a “lo otro”. Y es que tengo el síndrome de Rokitansky. Es un fallo en el desarrollo embrionario que provoca la ausencia de útero y de vagina funcionales. ¿Y cómo es posible que no me diera cuenta hasta los 18 años? Porque el cerebro es muy listo y solo ve lo que quiere ver y lo que está preparado para ver. Lo demás lo tapa y lo encapsula. Si añadimos que entre los 13 y los 19 años llevé un corsé para intentar corregir la escoliosis, que me hacía tener pavor a que alguien me abrazara o tocara mi dura cintura… digamos que mi sexualidad era prácticamente nula. Justo aquel verano en Inglaterra a punto de cumplir 18, supe que algo no iba bien.


¿Y por qué cuento yo estas cosas tan íntimas?. Pues por dos razones: La primera es porque ahora puedo y antes no podía.  No pude decirle nada a aquel conato de novio de primero de carrera y me hice la estrecha. La segunda razón es porque una de cada 5.000 mujeres tiene esta “enfermedad congénita rara” y yo hasta el año pasado no conocía a ninguna. Hay que tener ejemplos para no sentirse tan bicho raro. Mis únicos referentes en cuanto a la operación a la que me tenía que someter, eran los transexuales. Tenía que pasar por quirófano para que me hicieran una neovagina si quería poder hacer el amor (eso que alucinantemente aquel día “me daba igual”). Y no te querían operar si no tenías una pareja estable. Así, sin presión. Lo normal eran los injertos, que conllevan innumerables complicaciones postoperatorias. Pero tras meditarlo mucho y hacer listados de pros y contras con mi madre, me decanté por un tipo alternativo de operación, mediante “tracción continua” llamada Técnica Vecchietti Modificada Laparoscopica.  Aquel tipo frío de manos grandes llamado Dr. Folgueira me operó a los 20 años. Estuve solo 7 días en el hospital. Todo fue bien salvo porque me jodieron el nervio femoral izquierdo. Como se suponía que era imposible que ese nervio pasara por ahí, nadie me hacía caso. Cuando me apretaban el cacharro yo chillaba como un cerdo en una matanza porque me dolía la pierna!!!! Surrealista, lo sé, pero creo que es el dolor físico más grande que he sentido nunca. El caso es que después de meses de rehabilitación yo seguía sin poder decirle a mi rodilla que levantara el pie. Por fin me hicieron unas pruebas de neurofisiología y ahí no había nervio. Podía andar porque basculaba la pierna entera desde la cadera. Pero en cuanto corría, me caía. No había tratamiento, solo esperar a la reinervación. Tardé un año en mover la pierna y mucho tiempo más en recuperar la sensibilidad en la piel. A pesar esto, escuchando otros testimonios de mujeres operadas, me siento afortunada y tengo una vida sexual plena.

El dolor de no poder gestar y el dolor de la muerte de mi padre me acompañarán siempre. La operación de la vagina no me acompaña, ni los “tallos”, ni el problema de la pierna, ni la operación de vejiga de cuando tenía 9 años. Se quedaron allí. Sin embargo, todavía sueño que llevo corsé: Abro el armario, lo cojo, me lo pongo, lo aprieto y empiezo a vivir. Al rato me digo a mi misma, “pero María, ¿por qué lo llevas? ¡si ya no lo necesitas!” y me lo quito.

No se si es una metáfora de esa horrible zona de confort de la autocompasión, del “pobrecita yo” en la que una se instala de vez en cuando en la intimidad. O por el contrario es una metáfora de algo de lo que todavía no me he liberado, por voluntad propia, que me hacer vivir a medias, no ser libre del todo. La sospecha de que es la segunda opción, es otra de las razones para escribir este texto. No quiero esconder nada, no quiero avergonzarme de nada, no quiero que nada se quede enquistado por ahí adentro por no ventilar. Esto es una manera de dar aire y luz a lo que durante mucho tiempo estuvo rodeado de oscuridad.


En una de las visitas a las preciosas niñas de mi amiga Geni, ya no pude sostener más el instinto maternal y al volver a casa paré en el Retiro para descargarme los requisitos de adopciones internacionales. Muchos países piden llevar varios años casado así que al llegar a casa, me senté delante de Nacho y le pedí matrimonio. Tenía 32 años y bastante inestabilidad económica, pero esto era sólo un paso previo, no quería decir que fuéramos a ser padres a corto plazo. Así que a Nacho le pareció “razonable” el asunto y menos de un año después, en el verano de 2014 nos casamos.

Ese mismo año Nacho me había regalado por reyes la increíble marioneta de Carlos Cenamor que es capaz de dar a luz. Carlos trajo una colección de brazos, piernas, troncos, cabezas, barrigas, bebés… y me pidió que eligiera. Cuando la acabé de montar él me miró y me dijo “ya está, ya eres madre!” y soltó una de sus amorosas carcajadas. Yo le miré estupefacta pensando “ojalá fuera tan fácil”, pero no me atreví a decir nada. Ahora, leyendo el texto de su web, no me puedo sentir más identificada con sus palabras sobre el instinto animal y la capacidad de constituir una familia.

Recuerdo estar el siguiente otoño en una fiesta en casa de Lys, tocando las barrigas de 2 amigas embarazadas y pensando: "TODO ES POSIBLE". Esa semana había leído un artículo sobre una mujer sueca con síndrome de Rokitansky que había dado a luz a su bebé!!!!!!!!!!!! Un año antes le habían trasplantado el útero de una amiga de la familia de 61 años con menopausia desde hacía 7. Si yo fuera sueca, probablemente PODRÍA GESTAR.
La otra noticia que me tenía alucinada es que descubrí que madres que no han parido a sus bebés les pueden dar de mamar!!!!!!!!!!!!!!!!! En aquel momento yo me veía incapaz de hacer semejante esfuerzo, tienes que estar al menos seis semanas succionándote los pechos cada 3 horas para que empiece a salir leche. Pero pensar que era posible dar de mamar me parecía algo genial. Una cosa es que puedas y otra cosa es que quieras.


En junio de 2015 me llamó mi prima Angela para avisarme de que habían abierto las listas de adopción nacional de la Comunidad de Madrid. ¡Llevaban cerradas desde el 2008! Esto quiere decir: abren las listas dos meses, las cierran y hasta que no dan salida a todos esos expedientes no las vuelven a abrir. Nosotros conseguimos presentar los papeles y somos el número 779 de la lista. La última vez que fui a preguntar me dijeron que habían seleccionado a las primeras 100 familias para evaluar y que aproximadamente se adoptan 40 niños al año. A MI NO ME SALEN LAS CUENTAS. A no ser de que se rechacen muchas familias, no creo que nos llamen en los próximos 10 años. Y vamos a cumplir 36, así que lo tenemos difícil.


En otoño de ese año nos enteramos que Agus (el primo de Nacho) y su marido Antonio, estaban haciendo un proceso de Gestación Subrogada en EEUU y en noviembre nacería su hijo Raul. De repente, aquello que hacían los famosos, se hizo cercano. Su historia desmonta muchas de las opiniones en contra de la Gestación Subrogada que se pueden escuchar: no son ricos (han pedido préstamos familiares y créditos); su gestante (Nikki) no lo hace por dinero (tiene más poder adquisitivo que ellos) lo hace para ayudar; tienen una relación cercana y un vínculo con Nikki y su familia que siguen manteniendo hoy (no hay vasijas ni hornos aquí); como pareja gay ésta era la única opción para ser padres (si es difícil adoptar para heterosexuales, para homosexuales es prácticamente imposible).   

En febrero fuimos a cenar a su casa, todo eran palabras emocionadas y felices. Nos hablaron de lo importante que era que el proceso tuviera luz. Que para ellos era imprescindible la transparencia y la comunicación con la gestante. Nosotros salimos de ahí en una nube. Y empezamos a investigar. Nos incluyeron en el foro de internet de la asociación Son Nuestros Hijos (de la que somos socios desde hace unos meses). Allí conocimos a un montón de personas que se ayudan mutuamente estando en diferentes fases del proceso (personas ahorrando, personas en medio del proceso y personas que ya tienen a sus hijos y están luchando por sus derechos). Los perfiles son de todo tipo: parejas gays, hombres solteros, parejas heterosexuales y mujeres solteras cuando la mujer no puede gestar. Muchas mujeres que no pueden gestar por padecer alguna enfermedad o por haber superado un cáncer no son consideradas aptas para adoptar. Otras mujeres vienen de pasar por muchas fecundaciones in Vitro y abortos, con mucho dolor y mucho sufrimiento.



Nosotros, como pareja heterosexual casada, podíamos también hacer el proceso en Ucrania de manera segura. Pasamos el mes visitando varias agencias y estudiando todas las alternativas posibles. Las principales diferencias entre EEUU y Ucrania son que en EEUU el proceso es supervisado por un juez y España lo reconoce, así que el cónsul español hace el pasaporte español al bebé y figuran como padres los “padres de intención” (en este caso seríamos Nacho y yo). En Ucrania el proceso es supervisado por un notario y España no lo reconoce, así que aunque en la partida de nacimiento ucraniana aparezcamos Nacho y yo como padres, llega el cónsul español y hace el pasaporte español al bebé y pone como padre a Nacho y como madre a la gestante (según la ley española madre es la que pare). Una vez en España, y tras dos renuncias de la gestante, yo adopto al bebé. Esta cuestión burocrática hace que las mujeres españolas que tienen un bebé por un proceso de gestación subrogada en Ucrania, no podamos coger baja maternal.


La otra gran diferencia es que el proceso en EEUU tiene un coste mínimo de unos $120.000 y en Ucrania la cifra ronda los 40.000€. ¿Por qué es tanta la diferencia? Porque el nivel de vida en EEUU es mucho más alto que el nuestro y toda la sanidad es privada, mientras que el nivel de vida en Ucrania es más bajo que el nuestro y la sanidad es pública (aunque el proceso de fecundación in Vitro se haga en clínicas privadas, el seguimiento del embarazo y el parto se hace en hospitales públicos).


A mí me gustaba más EEUU porque hay una relación totalmente horizontal entre las gestantes y los padres de intención. La elección es mutua. Además, todos los testimonios que conozco de gestantes en EEUU lo hacen porque quieren ayudar a formar una familia a personas que por sí solas no pueden (aquí podéis ver un ejemplo). Los $30.000 que de media recibe una gestante en EEUU suponen para ella pagar por ejemplo un año de universidad a un hijo.
En Ucrania la cosa varía mucho dependiendo de la agencia: En algunas los padres de intención eligen a la gestante y mantienen una relación con ella durante el proceso; en otras agencias no es posible elegir y no se favorece el contacto entre las partes; en cualquier caso, las gestantes eligen libremente hacer el proceso, pero no eligen a qué familia quieren ayudar. Estoy segura de que si la gestación subrogada algún día se legaliza en España, colocará a las tres partes (padres de intención, gestantes y bebés) en una línea perfectamente horizontal. Respecto a la cuestión económica, en Ucrania todos los testimonios de gestantes que conozco lo hacen como una manera de ganar dinero. La cantidad que recibe una gestante en Ucrania varía mucho dependiendo de la agencia. En cualquier caso, supone la posibilidad de por ejemplo comprar una casa, montar un negocio, dar un “futuro” a sus hijos (es decir, pagarles la carrera entera), etc.


Cuando mi madre estudiaba magisterio, tenía compañeras que donaban óvulos para pagarse la matrícula. Yo la verdad es que tenía grandes conflictos con este tema. Nacho sin embargo no veía problema en el intercambio de ayudas: la gestante nos ayuda a ser padres, nosotros la ayudamos a conseguir lo que ella necesite.
Finalmente elegimos Ucrania. La razón principal fue económica. Si lo hubiéramos hecho en EEUU nos hubiéramos hipotecado durante muchos años. Haciéndolo en Ucrania, podíamos asumir el proceso con ayuda familiar y gastando todos los ahorros. A Nacho, eso le permitía pensar en que podríamos afrontar todos los gastos que conlleva tener un niño sin estar ahogados. A mí me permitía soñar con tener un segundo hijo en un futuro.


En marzo nos decidimos a hacer el proceso directamente con una pequeña agencia Ucraniana y con una abogada española. Esta agencia permite elegir a las gestantes, tener contacto con ellas durante todo el proceso, acompañarlas, estar en el parto (si ellas quieren) y estar con el bebé desde el primer momento del nacimiento, sin separaciones. Además, tienes perfecto control siempre de dónde va el dinero: pagas por un lado a la agencia, por otro a la clínica y por otro a la gestante (un total de 17.000€ son para la gestante en nuestro caso).


En paralelo a la investigación sobre Gestación Subrogada, nos estábamos informando sobre adopción internacional. Nos dieron cita el 1 de Abril para la reunión informativa de la Comunidad de Madrid. Reyes González hizo una exposición clara y desgarradora de la situación (me gustaría que asistieran a esta reunión tod@s los que piensan que la adopción es una opción “muy viable” para ser padres, porque directamente es FALSO). Reyes explicó muchas cosas: La regulación de la adopción internacional comenzó en 1996 y hubo un “boom” que duró hasta el 2004. Desde entonces, el número de niños que han entrado en España por adopción internacional no ha hecho más que bajar, debido al crecimiento económico de muchos países y la inestabilidad política de otros. De todas maneras, dijo “que un niño sea pobre no quiere decir que sea adoptable” y continuó explicando el argumento a través del símil con la España de la posguerra, donde había miles de niños huérfanos y pobres. Entonces preguntó a la sala abarrotada “¿qué hubiera pasado si hubiera llegado un país más rico y se los hubiera llevado?”. Actualmente en cualquier país el protocolo a seguir es: primero tratar con la familia (padres biológicos); luego el acogimiento familiar (abuelos, hermanos mayores, tíos…); después familia de acogida (no biológica); adopción nacional; y por último adopción internacional. En 2015 entraron 176 niños por adopción internacional en la Comunidad de Madrid. La lista de espera de padres en 2016 era de 887. Aquí tampoco salen las cuentas. Además, en contra de lo que la gente piensa, la adopción internacional es cara, pudiendo llegar a costar hasta 40.000€.


Por otro lado, hoy en día en la comunidad de Madrid la adopción internacional de un niño sano menor de 2 años NO ES POSIBLE. Lo factible es niños con enfermedades graves o con edades comprendidas entre los 3 y los 6 años. Esto significa que la personalidad de estos niños está totalmente formada. El entorno afectivo y los vínculos emocionales que han vivido están ligados al abandono y/o al maltrato. Reyes siguió contando un montón de experiencias horribles que no voy a reproducir. Yo salí de ahí completamente hundida. Intentando encontrar en mi cerebro algo de fuerza para intentar asimilar la posibilidad de enfrentarme a tanto sufrimiento. No lo encontraba, honestamente creo que actualmente no estoy preparada. Fuimos a tomar un café y Nacho estaba tan normal. Yo no entendía nada. Le pregunté “¿es que no te ha afectado la charla?” y me dijo “claro que sí, pero estoy tranquilo porque sé que ésto no es para mí”. Cada uno desde su lugar, ninguno podía asumir aquello. Así que no nos apuntamos a ninguna lista.  

Ese mes de abril para mí fue horrible. Llevaba 17 años mentalizándome de que mi camino era el de la adopción y resultaba ser prácticamente imposible. La gestación subrogada me parecía demasiado "fácil". Me sentía hasta culpable. No merecedora de una felicidad tan grande. ¡Iba a poder estar con mi bebe desde el nacimiento!!!!!!!!!!!! Pensaba que habiendo tantos niños sólos en el mundo, cómo era posible que tuviéramos que liar semejante mecanismo para crear uno de la nada. Mi espiral autodestructiva iba en aumento escuchando a las feministas radicales. Yo, que empatizo hasta con las piedras, me creí eso de que ser padre no es un derecho. En esos debates locos una mujer que había hecho el proceso decía que ella había conseguido ser feliz teniendo a su hija. Entonces se cuestionaba si la búsqueda de la felicidad era un derecho legítimo. Cuando una noche cenando, le dije a mi madre que tener un hijo era un acto egoísta, casi le da algo. Solo mi amiga Ana entendió aquella reflexión. Los demás me miraban como si ya definitivamente me hubiera vuelto loca. Lo que me hizo salir de aquella mierda de agujero fue una frase de Nacho: "María, no estamos haciendo daño a nadie".

En esos meses nos hicimos pruebas médicas. Yo estuve tanteando la opción de aportar óvulos propios, pero finalmente lo descartamos porque había muy pocas posibilidades de sacar suficientes para todo el proceso (tengo un ovario muy pequeño y otro que llaman "cintilla ovárica", así que imaginar). En junio decidimos donante de óvulos (nunca es la misma mujer la que dona que la que gesta) y volamos a Kiev a entrevistarnos con dos gestantes. No nos fue fácil elegir porque Nacho y yo somos muy diferentes, pero finalmente Aliona se convirtió en la mujer que nos va a permitir ser padres. Aliona es una mujer trabajadora y autosuficiente, divorciada y con una preciosa hija de 6 años (todas las gestantes tanto en EEUU como en Ucrania tienen que ser madres previamente). Tiene 26 años, es muy joven si comparamos su edad con la edad media de las mujeres que actualmente en España tienen hijos de manera natural. Aquí estamos a la cola de Europa y esto trae innumerables problemas de fertilidad. Sin apenas ayudas públicas de apoyo a la maternidad, todos esperamos a tener una estabilidad económica y eso desgraciadamente llega muy tarde. Ya se que ésta también es otra historia, pero tengo a mi alrededor varios ejemplos cercanos de amigas que sufren o han sufrido por no poder quedarse embarazadas. Todavía es un tema bastante tabú y creo que hay mucho que debatir al respecto. Aquí hay algunos ejemplos de estas dificultades.

Nosotros tuvimos mucha suerte, nos quedamos embarazados en la primera in Vitro que hicieron a Aliona en octubre. Actualmente estamos de 28 semanas de una niña que se llama Martina. Nos comunicamos en inglés por mail con Aliona cada semana, nos mandamos fotos mutuamente y vemos su barriga crecer. Ella dice que se siente bien aunque Martina se mueve mucho por las noches y no la deja dormir. La comunicación es fluida pero imaginaba que sería mucho más cercana. Para mí no es fácil porque venimos de culturas distintas y yo no quiero invadir su intimidad. Intento que se sienta acompañada y respetada. Aunque cuando la veamos en Julio, no se si voy a aguantarme las ganas de abrazarla fuerte y besarla...
Las personas que están en contra de la Gestación Subrogada argumentan que se desarrolla un fuerte vínculo entre la mujer que gesta y el bebé. Yo estoy totalmente de acuerdo. Sentir que algo crece dentro de tí, que lo alimentas y lo cuidas durante 9 meses, tiene que ser algo tremendo. Yo quiero cuidar ese vínculo y espero que Aliona también quiera. Para mí ella es un miembro más de la familia y espero que Martina pueda visitarla de mayor y quererla tanto como yo la quiero, sin apenas conocerla.

Éste es un proceso emocionalmente complicado. Llevo un año escribiendo este texto en mi cabeza, pero hasta que no lo he tenido claro, hasta que no he superado mis miedos y mis dudas no me he lanzado a escribir en el teclado. No escribo para justificarme, ni para encontrar aprobación. Escribo para transparentar y aportar una vivencia más. Escribo para dar mi punto de vista sobre el proceso que hemos elegido para ser padres. Porque hay mucha controversia y porque se escuchan muchas barbaridades. Aquí va mi visión sobre la Gestación Subrogada:

- No estoy a favor de la Gestación Subrogada de manera incondicional. Por poner un símil, todo el mundo está a favor del trabajo, pero no de la esclavitud ni del trabajo infantil. Igual pasa con la gestación subrogada, hay casos que son auténticas burradas que nadie con dos dedos de frente defiende. Pero casos atroces ocurren también en procesos de adopción o en paternidades biológicas y nadie se pone a generalizar y a demonizar a todos los padres del mundo. Yo estoy a favor de procesos de gestación subrogada éticos, claro que la definición de lo que está bien y lo que está mal es algo subjetivo. Así que tendremos que ponernos de acuerdo si queremos que este proceso se regule algún día en nuestro país. Para mí son imprescindibles la transparencia, la paridad, la confianza y la absoluta libertad.

- Algunas mujeres que se autodenominan feministas dicen que este proceso supone la mercantilización del cuerpo. Parece que la frase "nosotras parimos, nosotras decidimos" no es legítima si una mujer decide parir el hijo de otra, o de otro. ¿Y por qué? Yo no lo acabo de entender. Tengo una prima que me dijo un día que su embarazo había sido una de las etapas más felices de su vida, y que si fuera legal, no la importaría nada gestar un hijo para mí. Tengo otra amiga que me dice que ella no sería capaz. ¿Por qué las mujeres no pueden ser libres para decidir lo que quieren hacer con su cuerpo?. ¿Quienes son otras mujeres para juzgar el bien y el mal?. He leído y escuchado auténticas burradas al respecto. No entiendo cómo puede haber tan poca empatía, tantas cosas falsas y mentiras lanzadas con tanto desparpajo, sin que nada pase. Directamente uno de los últimos textos que he leído decía que éramos "muy mala gente". Y así de ancha se queda la tía.

- Estas mismas mujeres dicen que la Gestación subrogada supone la compra de hijos. Es un proceso que cuesta mucho dinero porque es muy complejo e involucra a muchas personas. Pero las adopciones también cuestan mucho dinero y los procesos de fecundación artificial a los que miles y miles de mujeres se someten cada año en nuestro país, también cuestan mucho mucho dinero. ¿Por que lo primero es comprar, pero lo segundo y lo tercero no lo es?.

- Dicen que ser padres no es un derecho. He estado meditando mucho sobre esta frase y he llegado a la conclusión de que efectivamente no lo es. Querer ser padres es un INSTINTO. Por eso es tan difícil de justificar y cada uno lo hace como puede: "mi hijo le ha dado sentido a mi vida" "mi hijo me ha dado la felicidad", etc. Son intentos de racionalizar algo que no es racional. Por eso existe tanta controversia. Yo soy tremendamente feliz ahora y seré igual de feliz cuando Martina esté con nosotros. Viviré unas aventuras nuevas que ahora no alcanzo a imaginar y que se sumarán al sentido que ya tiene mi vida.

- Lo que más extraño me parece a mí de todo, es que el feminismo según la rae es una ideología de defiende que las mujeres tengan los mismos derechos que los hombres. No se si esta definición es aceptada por todas las mujeres que se consideran feministas. Si es así, entiendo que defienden la igualdad de derechos entre los géneros. Por tanto la paternidad de una pareja de gays es igual de legitima que la maternidad de una pareja de lesbianas. La diferencia es que ellas tienen muchas opciones de conseguir ser madres en España y ellos NO TIENEN NINGUNA POSIBILIDAD de ser padres aquí. Esto a todas luces es una injusticia.


Por resumir volviendo a nuestro caso: Aliona no quiere ser madre (ya es madre de su hija). Aliona quiere ayudarme a mí a ser madre. Así de sencillo. Martina es hija mía y de Nacho y su existencia involucra a un hombre y tres mujeres: la genética de Nacho y de Inna, el alimento y el cuidado de Aliona durante 9 meses y mi alimento a partir de que nazca. Porque después de darle muchas vueltas al tema de la lactancia materna, de haber preguntando y escuchando opiniones de todos los colores: he decidido intentarlo. Solo dos amigas muy locas me han apoyado con entusiasmo en mi decisión. El resto de las personas a las que quiero, me han apoyado con resignación, después de soltarme una retahíla de argumentaciones en contra. Para mí es una cuestión animal, no racional. Lo hago porque es lo único que puedo aportar en esta ecuación de 5 elementos. Y es una experiencia vital que sí puedo vivir. El otro día la matrona del centro de salud me dijo con una sonrisa que teníamos que ir “en contra de la naturaleza”. No me preocupa nada, porque eso es lo que llevo haciendo toda la vida. Si yo hubiera nacido en la Edad Media hubiera muerto pronto, de dolor o en la hoguera. Lo que me está costando más es encontrar una ginecóloga que me recete el apoyo farmacológico. Los sabios doctores de la Jiménez Díaz decidieron en una reunión de casos clínicos que estaban en contra de medicar a una mujer sana. Como si millones y millones de mujeres sanas no se medicaran todos los días con los anticonceptivos. En fin.

Y esto no acaba aquí, porque no quiero tener una hija única (yo he sido medio hija única y es muy aburrido). No se si repetiría este proceso otra vez, para poder valorar eso necesito que se complete y que pase un poco de tiempo. Veremos que pasa con la adopción nacional y no descarto la acogida familiar para un segundo hijo, o un tercero. Para un primero no es posible, conozco varios casos de parejas que han sido rechazadas porque "deseaban demasiado ser padres", a mí me dirían lo mismo. Pero dentro de unos cuantos años creo que sí estaré preparada. A la vuelta de nuestro primer viaje a Kiev, el avión estaba repleto de niños que iban a pasar el verano con sus familias de acogida en España. La niña de 7 años que se nos sentó delante se puso a hablar con nosotros en perfecto castellano de su madre ucraniana, su madre española, su padre ucraniano, su padre español y así con toda la familia: hermanos, abuelos... Mi familia será una cosa muy peculiar llena de ramificaciones, de modelos no tradicionales y de mucho amor, que es lo más importante.


PD: estar embarazado a distancia implica que tu mente vuela cada vez que te mandan el vídeo de una nueva ecografía. Y te pones a dibujar. Aquí un vídeo de los dibujos de embriones imaginarios en distintos estados de gestación, dibujados por María Mallo (color) y Nacho A.Monteserín (boli negro).